La necesidad de labranza mínima se debe a la disminución de los costos de energía y mano de obra para su implementación. En las tecnologías modernas de cultivo, el procesamiento representa hasta el 25 % de la mano de obra y el 40 % de los costos de energía.

La intensificación de la agricultura exige aumentar la potencia de los tractores, el ancho de los implementos, pero al mismo tiempo disminuir la masa y la presión sobre el suelo. Por ejemplo, el tractor К-701 con una masa de 12 toneladas ejerce una presión sobre los sistemas de rodadura de las ruedas de 1,7-1,8 kg/cm². La carga admisible en suelos en estado de madurez física durante el arado es de 1,0-1,2 kg/cm². La compactación excesiva conduce a un deterioro de las propiedades agrofísicas del suelo, reduciendo, por ejemplo, la germinación en el campo de las semillas de trigo de invierno en un 25 % y el rendimiento en un 12-30 %.

El uso de cultivos intensivos en rotaciones de cultivos con predominio del arado anual activa los procesos microbiológicos de descomposición del humus. Los suelos de Chernozem durante el cultivo en volcado pierden 0.8-1.2% de humus durante 30 años, lo que afecta negativamente el equilibrio de la materia orgánica y conduce a pérdidas significativas de nutrientes y energía. La descomposición acelerada del humus contribuye al desarrollo de procesos de erosión, especialmente en terrenos en pendiente. Por esta razón, la labranza mínima se considera la condición más importante para mantener el potencial y aumentar la fertilidad efectiva, protegiendo el suelo de la erosión mejorando el equilibrio del humus y reduciendo las pérdidas de nutrientes. Junto con esto, reduce significativamente los costos de energía para el procesamiento y el tiempo de trabajo de campo.

Las condiciones más importantes para el uso efectivo del procesamiento mínimo son:

• alto nivel tecnológico de cultivo;
• rendimiento de alta calidad del trabajo de campo mecanizado en términos óptimos;
• provisión de la empresa con productos fitosanitarios y fertilizantes efectivos.

La minimización de la labranza se logra mediante el alto equipo técnico de la empresa con unidades combinadas de labranza y siembra, combinando hasta 4-5 operaciones tecnológicas, por ejemplo, labranza, fertilización, herbicidas, siembra.

La labranza mínima es necesaria principalmente en suelos de chernozem, castaños, bosques grises y suelos soddy-podzólicos bien cultivados con propiedades agrofísicas óptimas para las plantas, campos libres de malezas perennes. Por ejemplo, es posible una disminución en el número de labranzas profundas en chernozem, castaño, bosque gris y otros suelos con una densidad de equilibrio aproximadamente igual a la óptima y que no exceda 1.2-1.3 g/cm³ para cultivos de granos y un contenido de aire de al menos 13-15% del volumen del suelo.

La idoneidad de los suelos para la labranza mínima está determinada por una serie de indicadores de fertilidad:

• contenido de humus;
• estructura impermeable;
• coeficiente de porosidad;
• el grado y tipo de contaminación del campo.

Se consideran adecuados, por ejemplo, suelos sod-podzolic con un contenido de humus de al menos 2%, agregados resistentes al agua, es decir, partículas menores de 0,25 mm, más de 25-30% y un coeficiente de porosidad de más de 0,9. Los suelos con un coeficiente de porosidad inferior a 0,9 tienen una constitución inestable y son propensos a la compactación, lo que afecta negativamente el rendimiento.

Las principales áreas de labranza mínima incluyen:

• reducción en el número y profundidad de los tratamientos principales, previos a la siembra y entre hileras en rotaciones de cultivos en suelos altamente fértiles y propiedades agrofísicas favorables, sujeto al uso (si es necesario) de herbicidas;
• sustitución de la labranza básica profunda para algunas rotaciones de cultivos por labranza superficial y superficial mediante el uso de aplanadoras de corte ancho, cincel, disco y otros implementos, especialmente para cultivos de cereales de invierno y primavera;
• combinación de varias operaciones y técnicas tecnológicas en un flujo de trabajo mediante el uso de unidades combinadas de labranza y siembra;
• el uso de siembra directa de cereales, maíz sin preliminar, franja (en la zona de hileras) tratamiento previo a la siembra cuando se cultivan cultivos labrados.

La elección de métodos de labranza mínima depende del nivel de fertilidad, el contenido de humedad de la zona, las características biológicas del cultivo y el grado de maleza de los campos. Entonces, en las tierras húmedas de la región noroccidental de la zona no Chernozem, debido a la compactación del suelo, el arado otoñal para las papas se reemplaza por la labranza con discos superficiales a una profundidad de 10-12 cm.

Cuando se utilizan herbicidas, se reduce el número de tratamientos entre hileras en cultivos labrados. En suelos ligeros, se lleva a cabo una grada previa a la siembra para cultivos de principios de primavera, y en el sistema de labranza principal, el arado profundo se reemplaza periódicamente con superficial o disco de 10-12 cm.

Cuando se cultivan papas, tubérculos y hortalizas en campos que no están obstruidos con malezas perennes, se excluye el arado de otoño o se reemplaza por pelado. Esta técnica es eficaz en suelos sódico-podzólicos de textura ligera, bosques gris oscuro y otros suelos bien cultivados.

Se logra una buena mezcla del suelo con fertilizantes durante la molienda de primavera previa a la siembra utilizando herramientas con cuerpos de trabajo activos, por ejemplo, КФГ-3.6, ПР-2.7, que mejora la calidad del procesamiento y aumenta los rendimientos en un 10-20%.

Según la Academia Estatal de Agricultura de Ryazan, en suelos de bosques grises, cuando se vuelve a cultivar el maíz, es suficiente realizar el arado en el primer año con la incorporación de fertilizantes orgánicos; en los próximos tres años, se puede reemplazar por arado a una profundidad de 10-12 cm.

La labranza mínima es especialmente efectiva en los suelos chernozem de la zona central de Chernozem, el norte del Cáucaso, la región del Volga cuando se cultiva trigo de invierno, que viene después de las leguminosas, pastos anuales, maíz para ensilaje.

El arado se reemplaza por un aflojamiento superficial a una profundidad de 10-12 cm con cultivadores de discos y rejas, cultivadores de corte plano del tipo КПШ-9, КПШ-11, equipados con gradas de agujas БИГ-3А y rodillos de dientes rectos.

La minimización de la labranza principal se logra combinando el arado y técnicas adicionales para nivelar y compactar el suelo. Para esto, se utilizan unidades de cultivo combinadas, por ejemplo, ПКА-2, que incluye un arado, un arrastre de rieles en forma de barra angular, una sección de rodillos anulares, que cierra bien los residuos de plantas, césped, niveles y compacta el suelo. Para mejorar el desmoronamiento y la nivelación del suelo durante el arado, los arados de 5 y 6 surcos están equipados con dispositivos especiales como ПВР-2.3 (disco angosto y anillado), y arados semisuspendidos de 7 y 9 surcos — ПВР-3.5.