Los humatos, o abonos a base de ácido húmico, son un grupo de reguladores naturales del crecimiento de las plantas de alto peso molecular y son compuestos basados en ácidos húmicos. No son tóxicos, no son cancerígenos, no causan mutaciones y no tienen actividad embrionaria. Las cantidades residuales de humatos no se detectan en las plantas, ya que se incorporan fácil y rápidamente al metabolismo vegetal.
Cuando los ácidos húmicos se utilizan como reguladores del crecimiento de las plantas, no son los propios ácidos húmicos los que tienen actividad fisiológica, sino sus sales de metales alcalinos univalentes (sodio y potasio) y amonio. Esto se debe a que los ácidos húmicos son insolubles en el agua y, por tanto, no son absorbidos por las plantas, mientras que las sales de los metales alcalinos monovalentes y el amonio son muy solubles en el agua y accesibles para las plantas.
Los ácidos húmicos tienen efectos versátiles: activan los procesos bioenergéticos, estimulan el metabolismo y los procesos sintéticos, mejoran la penetración de los nutrientes a través del plasmalema, mejoran los sistemas enzimáticos, aumentan las propiedades de adaptación del organismo vegetal. Dependiendo de las condiciones externas, pueden diferir en su persistencia y actividad, por lo que pueden utilizarse como fertilizantes y estimuladores del crecimiento de las plantas.
La razón de la actividad fisiológica de los ácidos húmicos es su efecto sobre el sistema bioenergético del organismo vegetal (L.A. Khristeva, 1973). El aumento de las reservas energéticas del organismo favorece la síntesis de proteínas, gracias a lo cual aumenta la resistencia de la planta en condiciones extremas y la capacidad fotosintética.
La capacidad de complejación y la actividad de sorción de los ácidos húmicos permiten utilizarlos para unir metales pesados en compuestos insolubles en suelos contaminados.
Los ácidos húmicos reaccionan de forma diferente con los cationes metálicos: los iones de calcio forman humatos similares a las sales de calcio, en los que se observa una forma iónica de grupos carboxilo. Los iones de zinc sustituyen al hidrógeno de los grupos carboxílicos. El cobre sustituye el hidrógeno de los grupos carboxilo y fenólico. En todos los casos, los ácidos húmicos se redepositan en forma de sales o complejos metálicos insolubles o ligeramente solubles.
Los humatos intervienen en la formación de la estructura del suelo: en los suelos ligeros se produce la agregación, en los suelos pesados evitan la formación de costras y grietas, mejoran la aireación y la capacidad de retención y transmisión de agua.
El uso de humatos en la agricultura contribuye a:
- aumentar el rendimiento de los cultivos de cereales, hortalizas y forraje;
- aumentar la germinación y la energía germinativa de las semillas;
- refuerzo de la formación de raíces y del metabolismo de las plantas, absorción de elementos de nutrición mineral, aumento de la resistencia de las plantas a las enfermedades, a las heladas y a la sequía.
Se utilizan humatos de sodio, potasio y amonio. Los humatos de sodio y de potasio se obtienen por saturación con hidróxidos de potasio o de sodio. El humato de amonio se produce tratando la materia prima con una solución de amoníaco.
Para el riego, se utiliza una solución de humato al 5% diluida en una proporción de 1:1000, para el tratamiento de semillas — 1:500, para el tratamiento de tubérculos y semillas de cultivos de cereales — 1:250. La pulverización de las plantas durante el periodo de vegetación se realiza de 2 a 4 veces.
A las soluciones de sales de ácido húmico se pueden añadir microelementos, ácidos orgánicos, sustancias biológicamente activas, aminoácidos, vitaminas, que son utilizados por las semillas en germinación, las plantas y los microorganismos que viven en el suelo. Se producen más de 60 preparados, agrupados en el grupo de los «fertilizantes a base de ácido húmico».
Las diferentes composiciones químicas de los preparados amplían su campo de aplicación. Se pueden utilizar para la preparación del lecho de siembra, la pulverización de plantas vegetativas. Las pruebas de producción de estos productos en diferentes condiciones de suelo y clima han demostrado su impacto positivo en el rendimiento de todos los cultivos. Los cultivos hortícolas, frutales y forrajeros resultaron ser los más sensibles. Es aconsejable combinar la aplicación de fertilizantes a base de ácido húmico con la preparación de las semillas antes de la siembra y la pulverización de los cultivos con agentes fitosanitarios. La aplicación combinada con plaguicidas también tiene la ventaja de que alivian el estrés causado por los plaguicidas en las plantas cultivadas.
Literatura
Agroquímica. Libro de texto / V.G. Mineev, V.G. Sychev, G.P. Gamzikov et al. — Moscú: Instituto Panruso de Investigación Agroquímica que lleva el nombre de D.N. Pryanishnikov, 2017. — 854 с.